-Sigrid-
Álvaro había dicho de hacer una carrera y, al grito de "¡Ya!" de Cris,ella, él, Dani y yo, saltamos del borde de la piscina, dónde nos habíamos colocado y echamos a nadar con intención de ganar.
David, Carlos y Blas se habían quedado chapoteando cuáles ranas y haciendo sus apuestas. Blas apostó por alguna de las dos, no llegué a oír por cuál y Carlos y David decían que mientras que no ganara Dani les daba igual el resultado.
Entonces, ocurrió lo impensable.
Álvaro chocó con el señor gordo que estaba antes a unas hamacas de mi amiga, el cuál estaba subido a una colchoneta y volcó, cayendo el hombre al agua y provocando un tsunami que nos dio a todos y acabamos cada uno en una parte distinta de la piscina.
Dani, por casualidades de la vida, había llegado a la meta (seguramente ayudado por la ola provocada por el hombre) y Carlos y David protestaban mientras yo buscaba a mi amiga.
Cris me saludó desde muy lejos, la otra esquina de la piscina.
El hombre emergió del agua y empezó a hablarle a Álvaro en francés. No parecía muy enfadado, pero tampoco muy feliz.
Nos acercamos a escuchar, aunque no nos enteramos de nada.
-Creo que dice que te ama-le dijo Cris a Álvaro, intentando traducir las palabras del hombre.
-Cris, déjalo, que lo tuyo no es el francés-le dije.
Ella me miró mal, pero ya estaba acostumbrada a ello.
El hombre, después de soltar el discurso de su vida, cogió la colchoneta y se fue, dejándonos ahí, con el misterio de lo que habría dicho.
Le vimos alejarse.
-¡He ganado yo!-dijo Dani, saltando en el agua y recordándonos la carrera saboteada por el hombre.
-Has ganado por culpa del hombre ese, vamos, eso no tiene mérito...-dijo Álvaro.
-¿Ah, si? ¿Y si echamos otra ahora que el hombre se ha ido?-dijo él.
-¡Ja, vale!
-Pero esta vez yo os animo, no arriesgo mi vida de esa manera otra vez. Defiende mi honor, Sigrid, gana por nosotras.-dijo Cris poniéndome una mano en el hombro.
Después de eso, se sentó en el bordillo.
-Si queréis ahogaros, no es problema mío. Y con alguien tendré que hacer apuestas.-dijo Blas y fue con ella.
Nosotros corrimos hacia el borde más alejado de la piscina, desde dónde habíamos salido antes y nos salimos, poniéndonos de pie en el bordillo como en las Olimpiadas.
-¿Quién da la salida?-preguntó Carlos.
-Sigrid, por la ser la única chica.-dijo Dani.
-Y eso porque mi amiga es una cobarde...
Nos reímos.
Di la salida y nos tiramos al agua.
Oí a Cris animándome, aunque de poco sirvió ya que ganó Dani, contra todo pronóstico.
Ella y Blas se nos acercaron mientras Dani daba gritos de victoria y Álvaro se hundía en la miseria. Carlos se reía sobre algo que yo desconocía y David intentaba animar a Álvaro diciéndole que Dani podría ganar las veces que quisiera, pero que tirar a un hombre tan grande de una colchoneta era un logro no apto para muchos.
-¿Cómo sabías que iba a ganar Dani?-le iba preguntando ella a Blas.
-No lo sabía, pero por no apostar por ninguno de los otros...
-Jo, Sigrid de verdad, suerte que no aposté por ti...-dijo Cris.
-¿Ah, no? ¿Y por quién apostaste?-dije, sintiéndome traicionada.
-Por David. No sé. Le vi cara de ganar.
-Ten amigas para esto.-dije, fingiendo molestarme.
-Pues ya ves que perdió.-le dijo Carlos.
-Oye tú, ¿qué insinúas de mi cara?
Y se empezaron a pelear.
Parece ser que eso, en Auryn, era una costumbre, como las miradas asesinas de mi amiga Cris.
-Haya paz, haya paz...-dijo Álvaro, intentando poner punto final al conflicto.
-¿Y si hacemos otra cosa?-sugirió Blas intentando ayudarle.
-¿Otra carrera? Ah, no, qué perdéis.-dijo Dani.
Álvaro, David y Carlos se tiraron encima suya a pegarle y Blas tuvo que intervenir en su defensa.
-Yo es que no sé de este tipo de juegos.-dijo mi amiga.
-Como no sea el tiburón, pero eso es algo muy infantil...-dije yo, pensando.
-¡El tiburón, el tiburón!-dijeron ellos, muy convencidos.
-¡Y te la ligas tú!-le dijo Álvaro a Dani.
-Eh, que yo ligar ya ligo bastante, eh...
-Uhhhhhhhhhhh.-dijeron todos, nosotras dos incluidas.
-Pero bueno, vale, yo me la ligo. Total, si os pillaré a todos...
-A ver, a ver si eso es verdad, eh.
Le dejamos que contara y nosotros nos desperdigamos por la piscina.
-¡Qué voy!
Empezó a perseguir a Carlos y nos reímos de este, pero cuando me empezó a perseguir a mí, ya la gracia se me acabó. No quería ser la primera eliminada.
Me subí a la escalera a tiempo.
-Ah, estoy en casa.-dije, aliviada.
-Oh, joder...
-¡¿Qué pasa Dani, eh?!-le gritó Álvaro dos escaleras más allá-¡¿Por qué no nos cojes?!
-¡Cabrón ahora verás!
Y se fue.
El primer capturado fue David.
Todos guardamos tres segundos de silencio mientras salía de la piscina y se sentaba un par de metros fuera, pero luego seguimos jugando.
Cuando persiguió a Cris, a esta le quedaban unos centímetros para alcanzar la escalera y a él para pillarla, pero Carlos, que estaba en ella sentado, la cogió y se la sentó encima, a tiempo.
-¡Ah, estoy en casa!-dijo ella recobrando el aliento.
-Oh tío otra vez no...-se quejó Dani.
-¿Qué decías sobre mi sombrero?-dijo entonces Carlos-¿Qué no era el mejor?
Y entonces la soltó, ella cayó al agua y Dani la pilló.
-¡Serás traidor! ¡Yo te mato!
Cris se fue con David, el otro y único eliminado aparte de ella, mientras se seguía metiendo con él y Carlos se reía.
-Qué tío-dijo Álvaro, que estaba a mi lado.
Después de Cris cayó Blas, después yo, Carlos y, finalmente, Álvaro.
Después de eso, todos estábamos muertos de cansancio, ya que ese juego había durado bastante y había sido intenso, menos David y Cris, que como habían sido eliminados los primeros habían estado en las hamacas tumbados hablando y riéndose de nosotros.
-¡Tengo hambre!-dijo Carlos-¡Mucha hambre!
-Pues cómete un codo.-le dije yo.
-Es que no llego.-dijo, mirando nuestros codos.
-Tú inténtalo, que del codazo que te vas a llevar, se te va a quitar hasta el hambre.-le dijo mi amiga, que se ve que aún no le había perdonado su traición de antes.
-Uhhhhhhhhhhh.-dijimos todos.
-Pues sigo teniendo hambre.-dijo él-¡Mucha hambre!
-Ya, cállate.-le dije.
-¡No!-dijo mirándome con mala cara. Vaya, empezaba a parecerse a Cris-¡Tengo hambre!
Entonces nos miramos entre todos y le tapamos a Carlos la boca con las manos.
Menos Cris, que dijo que a ese no se acercaba.
Mi amiga dificilmente perdonaba, todo hay que decirlo.
-¡Ah! Dejasfml neneorn pasandjknts.-dijo Carlos, aunque nadie le entendió.
Entonces alguien se distrajo un momento y Carlos aprovechó para darle una patada a Blas.
-¡Ah! ¿Pero tú eres tonto o qué?
-¿Para qué se lo preguntas? Va a pensar que no lo sabíamos.-dijo David, haciéndonos reír.
-Anda, venga.-dije-Vamos arriba.
-¿Para?-dijo Cris.
-Para que este individuo pueda comer y callarse.
Nos reímos y él sonrió, viendo que pronto comería.
-Subiremos para ducharnos.-dijo Cris-No podemos ir a cenar así.
Se refería a las pintas que llevábamos.
-¿Podemos subir?-preguntó Carlos.
-¿A qué?-dijo ella.
-A ducharnos con vosotras.
Cris y yo nos miramos y la pegamos un tortazo. Sí, las dos. Juraría que ella se lo dio con más ganas que yo.
-¡Au!-se quejó Carlos-¿Y esto?
-Ya te había dicho una vez que no te pasaras con nosotras.-le dije.
-Y porque mi sombrero es mejor.
Dicho esto, cogió sus cosas y, con la cabeza alta como hacía siempre que quería parecer orgullosa, se fue y yo la seguí.
-Quiero huevos.-dijo, cuando montamos en el ascensor.
-Y yo salchichas, no te fastidia.
Mi amiga me miró, riéndose, porque ella sabía perfectamente que yo iba a contestar eso y, al mismo tiempo, pensar mal.
-Oh, mal pensada.-dijo ella.
-De mal pensada nada, yo antes era una niña inocente, hasta que nos castigaron en la biblioteca y me diste ese libro. La culpa es tuya.
-Jo, sabes que yo soy así. En el libro ponía que íbamos a aprender mucho sobre ciencia, pero no pensé que sería esa clase de ciencia.
Yo solamente la bufé, en señal de que la iba a pegar una colleja.
-Yo era muy inocente.-dije.
Entramos en la habitación y Cris se puso a cantar.
-OH NANANA, WHAT’S MY NAME? OH NANA WHAT’S MY NAME?
-¿Eres tan tonta que no te sabes ni tu nombre?-dije picándola.
Ella me lanzó un cojín.
-Me voy a duchar.-dijo Cris.
Yo no la contesté.
Pasado un rato la hablé.
-Cris, Carlos es un maldito pervertido. Vive en un mundo de perversión.
-Ala, exagerada. Si es majo... Cuando no es un traidor.
-No, vive en un mundo dominado por gorros y perversión.
-Puede. Pero él verá lo que hace con su vida.
Como ya se había duchado se vistió.
Yo también me duché, pero, ¿para que contaros eso?
Una vez que estuvimos presentables, salimos de la habitación y Cris se puso el sombrero.
Preferí no decir nada, pero podría haber dicho muchas cosas.
Bajamos al restaurante y no les vimos por ningún lado.
Cogimos algo de cenar y nos sentamos en la misma mesa en la que desayunamos con ellos ese día.
Apenas habíamos empezado a comer cuando les vimos aparecer.
Les di con la mano para que supieran dónde estábamos y no tardaron en reunirse con nosotras.
Carlos se dejó caer al lado de mi amiga y esta, automáticamente, me pasó por encima y se sentó a mi otro lado, donde se estaba sentando Álvaro.
Nos la quedamos mirando, pero ella no levantó la vista del plato.
Se colocó el sombrero y siguió comiendo.
-¿Qué es esto? ¿Una cena o un funeral?-dijo David, ante el silencio que reinaba.
-Un funeral por tu dignidad al ser el primer eliminado hoy.-dijo Dani-La verdad, esperaba algo más de ti...
-¡Será posible...!
Empezamos una discusión sobre el tiburón de esa tarde y mi amiga apenas hablabla.
-Vamos Cris, di algo...-le dije.
- ¡Si no hubiera sido por alguien...! Y no quiero mirar a nadie... A mí no me hubieran pillado tan rápido.
-¡Lo siento!-saltó entonces Carlos.
Ella le gruñó.
Después de eso seguimos con la historia del hundimiento del hombre gordo (que, por cierto, estaba unas cuántas mesas más allá cenando) hasta que acabamos de cenar y reclamamos el postre.
Mandamos a Cris a por él, y que no hacía más que gruñir cuando Álvaro o Carlos intentaban quitarle el gorro de la cabeza.
Y ella, obediente, tomó nota de lo que le pedimos y se fue.
Carlos me dio un golpecito en el brazo.
-¿Está enfadada conmigo?-preguntó.
-¿Tú qué crees?
Todos asintieron con la cabeza.
-Anda, ve a decirle algo. Que ya sabemos lo mete patas que eres...-le dijo Dani.
-Vale, voy.
Fue a buscarla y la encontró mirando su reflejo en una gelatina de fresa.
Cuando le Cris le vio, puso mala cara y se llevó la mano al sombrero.
-No vengo a quitártelo.-dijo.
-Ah, bueno.
Y siguió a lo suyo.
-¿Estás enfadada?
-Ah, no sé, dímelo tú.
-Yo creo que sí.
-Pues yo creo que no importa. ¿Crees que a Blas le gustará esto?-dijo, cogiendo un plato aleatorio y enseñándoselo.
-Sin duda.
-Mm.
Siguió mirando los postres.
-Eh, lo siento.
Ella suspiró.
-Está bien, no tiene importancia. Ayúdame a buscar el helado de chocolate, que quiero.
-¿Hay helado de chocolate?-preguntó él.
-Sí, antes vi a una niña que tenía y yo quiero.
-¡Y yo!
-Ah, y toma.-dijo ella, poniéndole el gorro en la cabeza-Llévamelo tú, que a mi se me calienta demasiado la cabeza con eso. ¿Cómo a ti no te pasa?
-No sé, la verdad.
Mientras tanto, en la mesa nos preguntábamos qué pasaría, si Cris habría matado a Carlos o algo similar porque tardaban.
Dani iba a decir otra teoría cuando los dos vinieron con los postres. Tal y cómo habíamos acordado, empezamos a cantar "Aleluya".
-Jo, ¿qué os ha pasado, por qué tanto retraso?-preguntó Álvaro.
-¿Tú sabes lo que hemos tenido que pasar para encontrar el helado de chocolate?-le preguntó Cris.-Carlos cuéntaselo tú.
-Hemos tenido que preguntarle al camarero. En francés.-dijo él.
-¿En serio?-dijimos todos.
-Sí, bueno... Dejé que preguntara ella. Yo me reía detrás.
-Cobarde.-le acusó Cris.
-No, nada de eso, era divertido ver los gestos que hacías y el hombre sin enterarse.
-Pero nos ha traído el helado, ¿no? Pues ya está.
Nos comimos el postre.
-Carlos, ¿ya le has robado el sombrero a la pobre chica?-le dijo David.
-¡No lo he robado!
-Yo se lo he dejado.-dijo Cris-Me daba calor.
-Lo curioso es que le haya entrado en la cabeza.-dijo Dani.
-Ya estamos llamándome cabezón...
Nos reímos.
-¿Sigue en pie la oferta de lo de las fotos?-preguntó Blas.
-Claro.-asentimos las dos.
-Pues entonces subamos a verlas.
Fuimos todos a nuestra habitación y ellos se tiraron sobre nuestras camas.
Cris conectó la cámara al portátil y dejó que Blas pasara las fotos a su gusto.
-¡Tengo hambre!-saltó en medio de las fotos Carlos.
-No fastidies, con todo lo que te has comido...-le dijo Cris.
-Él siempre tiene hambre.-explicó David-Nosotros ya estamos acostumbrados a vivir con eso.
Se puso a dar vueltas por la habitación.
-Carlos.-le dije.
Nada.
-Carlos.
Nada.
-¡Carlos, ¿qué te pasa?!
-Tengo hambre.
Metí la mano en el bolso de Cris y saqué una de las chocolatinas que a ella tanto le gustaban.
-Toma y cállate. Y, sobre todo, estate quieto.
Asintió y abrió la chocolatina.
-Eh, huele a chocolate...-dijo Cris y vio que se estaba comiendo su chocolatina.
Por un momento, todos pensamos que le mataría con la mirada.
-Hay más en mi bolso, si quieres.-dijo volviendo la mirada al ordenador.
-¡Bien!-dijo él, feliz.
Nos reímos de muchas fotos (David lloró de la risa con su foto en la que salía con la cara rara con el flash y Álvaro casi se nos muere con la foto que le eché cuando se quedó ciego por el flash) y sobre todo nos reímos con la foto de "Odio en estado puro", aún más cuando Cris reveló el título de la foto. Hasta Carlos se rió.
-¿Nos puedes pasar las fotos?-preguntó Blas.
-Claro.-dijo ella.
Y así lo hizo.
-¿Y ahora qué hacemos?-pregunté.
Ellos estaban tirados en nuestras camas y Cris y yo en el suelo.
-¿Jugamos a algo?-sugirió ella.
-A algo en lo que podáis ganarme...-dijo Dani y nos reímos.
Decidimos jugar a tinieblas, ya que Cris y David nunca habían jugado. Pobres de ellos. Tuvimos que explicarles las reglas del juego y cómo se jugaba, aunque pareció no quedarles muy claro.
-Para una de prueba, me la ligo yo.-dijo Álvaro y todos dijimos que vale.
Apagamos la luz y nos escondimos.
Yo me escondí al lado de una de las sillas que había y, debajo de la mesita, creo que estaba Dani, el resto, por ahí andarían perdidos.
-No veo.-se quejó Álvaro.-Esta es la segunda vez que, estando con vosotras, no veo.
A Cris eso le hizo mucha gracia y empezó a reírse.
-Ah, creo que ya sé dónde estás...-dijo Álvaro.-¡Te tengo!
-Creo que no, Álvaro. Creo que no.
-Ah, eres Blas. Ya decía yo que tan alta ella no era.
-¡Eh!-se quejó.
-¡Ajá, ahora sí!
-Mucho he durado yo para ser la primera vez que juego...
Eso nos hizo reírnos y entonces Álvaro no tardó en encontrarnos a todos.
-Venga que me la ligo yo, será divertido.-dijo mi amiga.
-¡Vale!
Volvimos a escondernos y apagamos las luces.
-Ay, qué miedo. No veo nada. ¿Qué es esto? ¿Blas eres tú? Ah, no, son las cortinas...
Pasó por mi lado y tuve que hacer un esfuerzo muy grande por no reírme.
-¡Ah, encontré a alguien!-exclamó.-¿Quién eres?
-A ver qué vamos a tocar, eh...-dijo David.
A Cris le entró la risa y ya no fue capaz de seguir el juego, por lo que encendimos las luces y la vimos tirada en el suelo riéndose, con la cara totalmente roja. A Carlos, al que parecía que no le hacían nunca falta motivos para reírse, se le contagió la risa y los dejamos a las dos riéndose un rato en el suelo hasta que se calmaron y pudieron respirar de nuevo con normalidad.
-¿Ya os habéis calmado?-les preguntó Dani.
Cris se limpiaba los ojos con el dorso de la mano.
-Sí, más o menos sí, pero David, yo... JAJAJAJAJA.
-JAJAJAJAJAJA.-le siguió Carlos.
-Madre mía...-dije yo.-¿Jugamos a otra cosa? Pero nada de tinieblas, que luego pasa lo que pasa.
-Ay, ay, ya, ya paro...Oh Dios me duele todo de reírme-djo mi amiga-Vale, ¿sugerencias?
Carlos todavía reía, sólo.
Daba miedo.
-Es un poco infantil, pero podemos jugar al escondite por todo el hotel.-sugerí.
-Me gustan las sugerencias que haces.-dijo David, asintiendo.
-Pero por favor, yo no me la ligo que luego JAJAJAJAJA.
-Vale Cris tranquila, respira.-le dije.
Le acabó tocando ligársela a Blas, que contaba hasta cien en nuestro cuarto y luego salía a buscarnos.
Salimos corriendo todos y nos dirigimos cada uno por un lado, aunque yo seguí a Álvaro porque no tenía en mente ningún lugar dónde esconderme y a Cris la perdí.
Supuse que estaría bien allá dónde estuviese.
Álvaro se dio cuenta de que le seguía y se paró.
-Eh, Sigrid, ¿cómo tú por aqui?
-No sé dónde esconderme.-le confesé.
-Busquemos un sitio dónde Blas no pueda encontrarnos.
Me reí y asentí.
Pasamos por delante de la sala común del hotel donde había unas cuantas personas viendo la televisión. Creo que era una película, pero no sabría decir cuál.
-¿Detrás del sillón?-sugirió Álvaro.
-¿Tú crees?-pregunté.-¿Cabemos los dos?
-¡Claro! Blas mirará la tele, verá la mierda de película y huirá haciendo la croqueta. Este lugar es perfecto.
Reí.
-Pues vamos entonces.
Nos dirigimos hacia el sillón y había un hueco considerable entre este y la pared.
La gente pasaba de nosotros.
-Las damas primero.-dijo Álvaro.
-Qué amable.
Nos escondimos tras el sillón.
-¿Dónde estarán los demás?-pregunté.
-Buena pregunta. Espera, que lo pregunto.
Sacó el móvil y escribió algo.
Segundos más tarde, obtuvo su respuesta.
-Carlos dice que está con Cris y David, aún corriendo por ahi sin esconderse.
-Pues ya pueden darse prisa o Blas les pillará.
Rió.
-Es cierto. Bueno, mientras que no nos pillen a nosotros...
Cuando echamos a correr por el hotel, Cris quiso seguirme a mí, pero miró una planta donde quizá pudiera esconderse y me perdió de vista, asi que echó a correr tras David que corría tras Carlos.
-¡Esperadme, vosotros!
Los dos se pararon en seco.
-Ah, gracias, ya pensé que no os alcanzaba. ¿Adónde vamos?
-Yo esperaba que tú dieras una idea.-dijo Carlos.
-¿Pero no corrías hacia algún sitio...? Se te veía muy decidido.
-Corría por correr, para poner distancia entre Blas y yo.
David y ella se rieron.
Le sonó el móvil a Carlos.
-Es Álvaro, está con Sigrid escondido en el salón.
-Ay, mi Sigrid.-dijo Cris.
-Bueno, ¿alguna idea?-dijo David.
-Mm... Abajo hay un bar, que está abierto.-dijo ella.
-¿Chicos?-dijo Blas unos pasillos por detrás.
-¡No se hable más!-dijo Carlos.-¡Corred!
Los tres echaron a correr como si su vida dependiera de ello y llegaron al bar, donde había unas cuantas personas.
David rápidamente se escondió en un hueco que había entre la pared y la barra.
-¿Dónde me escondo?-le preguntó Cris a Carlos.
-¿Y yo?
Cris corrió y se escondió tras una máquina tragaperras y Carlos bajo una de las mesas.
-Mal sitio ese, eh.-le dijo ella.
-¿Entonces dónde?
-Aquí hay unas cortinas horteras que podrían servirte.
Se levantó y se escondió tras ellas.
-Ah-dijo a los minutos.
-¿Qué pasa?
-Las cortinas estas pican.
-¿Cómo que pican?
-Pues eso, que pican.
-JAJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAJAJA.
Les dio la risa otra vez.
-¡Cállate, cállate que Blas nos pillará!-le dijo ella.
-Vale, vale. Ya. JAJAJAJAJAJA.
-¡Joder callJAJAJAJA!
-Chicos, que podéis salir ya, que llevo aquí con David varios minutos oyéndoos reíros.-dijo Blas.
Los dos salieron de sus escondites.
-¡Hola, Blas!-le saludó ella-Cuánto tiempo.
Siguieron a Blas en su búsqueda de Dani, Álvaro y Sigrid.
-Carlos, es la segunda vez que me eliminan de un juego por tu culpa.-le dijo Cris.
-Pero encima ahora me han eliminado a mí también.
-La próxima vez que juguemos a algo, me mantendré bien alejada de ti. Así seguro que gano.
Se rió.
-Voy a decirle a Sigrid y Álvaro que ahora van tras ellos.-dijo, cogiendo el móvil.
A Álvaro le sonó el móvil.
Lo miró.
-Carlos dice que a David, Cris y a él ya les han cazado.
-Vaya tres.
-Quedamos Dani, tú y yo.
-Nos encontrará, ya lo verás.
-Veremos.
Al rato oímos la inconfundible risa de Carlos por el pasillo y a mi amiga gruñendo.
Ya venían.
-Oh, no, esta película es un rollo. Y encima en francés es peor.-dijo mi amiga.
Blas se rió y supimos que estaba cerca del sillón.
-Bueno, aquí no están.-dijo David.
-Sí, sigamos buscando.-dijo Carlos.
-Esperad un momento.-dijo Blas.
Álvaro y yo contuvimos la respiración.
Y entonces vimos la cabeza de Blas aparecer por el sillón.
-¡AJÁ!-exclamó, triunfante.-¡Os encontré!
-Te dije que lo haría.-le dije a Álvaro mientras salíamos del sillón.
-¡Sigrid!
Cris corrió a abrazarme.
-¡Cuánto tiempo separadas!-dijo.
Nos reímos.
-Bueno, queda Dani.-dijo David.
-No me digas que va a ganar otra vez...-dijo Álvaro-No podría soportarlo.
-Jamás. Le encontraré.-dijo Blas.
-Venga, que tú puedes.-le animó Cris.
Nos pusimos a buscarlo por todos sitios y finalmente le encontramos tras una planta.
-Tras esa planta me iba a esconder yo... Si lo llego a saber...-dijo Cris y nos reímos de ella.
Después de eso, dijimos que estábamos cansadas y que, si mañana queríamos desayunar con ellos, tendríamos que ir a dormir ya.
Fuimos hablando hasta la puerta de nuestro cuarto.
-¡Hasta mañana!-nos despedimos todos.
Entramos en nuestro cuarto y nos tiramos sobre las camas desechas.
-Cris.-le dije.
-¿Mm?
-A ver qué vas a tocar, eh.
-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.
Y se estuvo riendo hasta que nos dormimos.
Ostia jajajajaa me meo enserio xd me encanta esta novela! La enhorabuena para las dos por hacer esta maravilla de novela de AURYN! ;D siguienteeeee <3
ResponderEliminarEstá genial chicas, seguid así :)
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