-Cris-
-Son majos, ¿verdad?-le dije a Sigrid mientras caminábamos.
-Sí.
-Demasiado, diría yo.
-¿Qué quieres decir?
-Que no hay mucha gente como ellos en el mundo.
-¿Y?
-Pues que hemos tenido mucha, mucha suerte. Y eso que tú eres una gafe.
-¡Eh!
Sonreí mientras esquivaba una colleja.
Nosotras éramos así. Nos queríamos mucho y expresábamos nuestro cariño a base de collejas. Había amigas que se abrazaban, pero, ¿para qué? Una colleja es algo mucho más divertido. Sobre todo, porque luego puedes devolverlas.
-Voy a hacer más fotos-informé mientras encendía la cámara.
-¿Más? ¡Nooooooooo! Quiero irme ya al hotel, estoy cansada.
-Oh, venga, vamos. No hemos venido hasta París para estar en el hotel. Ya tendrás tiempo de descansar y, además, allí es dónde vamos, sólo que iré sacando fotos.
-Pero te conozco. Te irás parando cada diez centímetros para echar una foto y así, no llegaremos nunca.
-Uh, es cierto. Qué lástima, pero necesito sacar buena nota en este trabajo. Podría aprobarme el curso.
-Si no te durmieras en clase...
-Eh, a mí me gusta sacar fotos, no aprenderme la teoría. No hay nada que te pueda enseñar cómo sacar buenas fotos, es talento natural.
Ella puso los ojos en blanco y yo me puse con mis fotos.
-Eh, mira, puedes fotografiar eso de allí.
Eran unas cuántas tiendas iluminadas, que podrían parecer una postal.
-¡Voy! Espera un minuto que acabe aquí-dije, ya que tenía una foto en mente.
Apreté el botón justo en el mismo momento en el que Álvaro metía la cabeza en el objetivo y claro, el flash le cegó.
-¡Ah, no veo!-dijo parpadeando y agitando los brazos en el aire.
-¿Álvaro?-pregunté-¿Pero no os habías ido a...?
-Sí, bueno-dijo Carlos, apareciendo de la nada y dándole unos golpecitos en la espalda a Álvaro, que seguía luchando por recuperar la vista- Eso intentamos.
-¿Intentáis...?-preguntó Sigrid.
-Pensamos en lo que dijisteis acerca de que podían secuestraros y pensamos que, ya que íbamos al mismo sitio, ¿por qué no acompañaros?-dijo Blas, también apareciendo de la nada.
-Ya veo.-dijo Álvaro.
-¿Y qué mejor que tres hombres hechos y derechos para acompañaros al hotel?-dijo Carlos.
Les eché una foto.
-Ya tengo título. "Tres hombres hechos y derechos". Con esto, sobresaliente seguro.
Nos reímos.
-Bueno... Pues vamos, si queréis-dijo Sigrid.
Y echamos a andar.
Yo con la cámara todo el rato, haciendo fotos aquí y allá.
-¿Es siempre así?-le preguntó Álvaro a Sigrid mientras me paraba para fotografiar un pájaro bebiendo en una fuente.
-Siempre. Menos cuando no tiene la cámara, pero eso es raro.
-Pues como Carlos con los sombreros. Ayer le viste sin él, pero raramente podrás volver a verlo. Es un fenómeno que se da cada tres o cuatro años.
-Yo siempre metido en la conversación, no importa lo que haga...-dijo el aludido.
En ese momento vine yo a enseñarles la foto del pájaro.
-Y mirad, le pillé echando a volar y se ven las gotas de agua de las alas.
-Ohh-dijeron todos y seguimos andando.
-¡Blas!-dije.
Este me miró y le eché una foto.
Se la enseñé.
-Ey, pues sales guapo de imprevisto.-le dije.
-No le digas eso al chaval a ver si se lo va a creer o algo-me dijo Carlos.
Blas, en vez de contestarle, le dio una colleja al sombrero y este se cayó al suelo.
Carlos se agachó, cogió el sombrero, lo sacudió un poco y se lo puso de nuevo en la cabeza, mirando a Blas con una mirada de odio tan intensa que llegó a darnos miedo a los dos.
Le eché una foto a esa cara y pensé que la titularía "Odio en estado puro".
-Bueno, se acabó el echar fotos por hoy-anuncié.
Sigrid me puso la mano en la frente.
-¿Cris? ¿Estás enferma o algo? ¿Eres tú de verdad?
-Emm...No y sí.
-¿Tú diciendo eso? No eres mi amiga, me la han cambiado por otra.
-Anda ya. Si quieres enciendo la cámara y sigo con las fotos.
-¿Qué dices, qué dices? Esta nueva versión tuya es mucho mejor.
-Si no sigo con las fotos es porque ya no siento el dedo de tanto apretar el botón.
Nos reímos y continuamos.
Llegamos al hotel y nos montamos en el ascensor.
Sigrid y yo nos bajamos en la segunda planta, pero, antes de bajar, les agradecimos que nos hubieran acompañado. Desde luego, habíamos ido mucho más tranquilas con ellos. Dos chicas bajitas como nosotras éramos fácilmente secuestrables. Podían meternos en un bolso, un bolsillo o incluso en un gorro y ya está. Quizá estuviera exagerando un poco.
Nos metimos en la habitación, cambiamos nuestra ropa por los pijamas y nos tiramos cada una en su cama.
-Dios, maldita la hora que dije que vendría contigo a París...-me dijo Sigrid.
-Ah, sabías a lo que venías.
Nos reímos y cogí la cámara.
-Vamos a ver algunas fotos.
-Pero tendrás más de 500.
-No tantas. Casi 200.
-Madre mía...
-Pero no todas son mías, jo. Algunas son de los chicos y esas que hizo David.
-Pues vamos a ver esas.
Me tumbé con ella y estuvimos viendo las fotos.
Primero, vimos las del coche.
Nos reímos mucho con una de David que salía con cara como si le estuvieran matando.
-¿Qué pasó con esa foto?-preguntó mi amiga.
-Creo que fue cuando se disparó el flash en la cara accidentalmente.
Seguimos mirando las fotos y nos reímos mucho.
Quizá, si teníamos tiempo, pudiéramos enseñárselas a ellos también.
Llegamos a las que hice esta noche.
-¿Y esta?
-Esta se llama "Odio en estado puro". Fue cuando Blas le tiró el sombrero a Carlos al suelo.
-Da miedo.
-Sí, pero es una buena foto.
-También.
Nos reímos y apagué la cámara.
Me levanté para apagar las luces y me tiré sobre mi cama.
-¿Hablamos un rato?-pregunté.
-Bueno, vale. ¿Sobre qué?
-¿No crees que son unos chicos estupendos?
Ella se río.
-Sí, lo son.
-Es que aún no puedo creerme la suerte que hemos tenido siendo tú tan gafe. Es como... Si no fuera real.
-Quizá no lo sea.
-Pues si es un sueño, no me despiertes.
-Para sueño, el que tengo yo.
-Jajajaja, bueno, pues durmamos.-le dije.
A la mañana siguiente...
-Cris, despierta.
-No...
-Vamos.
-Pero ahora la que tengo sueño soy yo...
-Ah, se siente.
-Jo... Vale.
Nos levantamos y nos vestimos.
Salimos de la habitación para bajar a desayunar y me puse el sombrero.
-Oh, no. ¿Tú también?-me preguntó Sigrid.
-¿Qué pasa?-dije yo sin entender.
Me señaló la cabeza.
-Ah, pues... Es que son modernos.
-Ya, claro.
-Que sí, que lo son.
-Que sí, sí, vale, lo que tú digas.
Fui por los pasillos con una cara de dormida que no podía con ella, pero, cuando entramos en el comedor y vimos que los chicos estaban por allí, me desperté ipsofacto.
Álvaro fue el primero en vernos.
-¡Buenos días!-nos saludó.
-Buenos días.-le dijimos las dos.
-Estamos allí sentados, ¿queréis venir con nosotros?
-Claro, por qué no-dijo Sigrid.
Cogimos un par de cosas para desayunar y le seguimos hasta la mesa.
Él se sentó al lado de David y nosotras dos en una esquina.
-¡Buenos días!-dijimos todos a la vez.
Todos se me quedaron mirando el sombrero.
-¡Ey! ¡Eres de los míos!-dijo Carlos entonces.
Me encogí de hombros.
-Me gustan los sombreros, eso es todo.
-De los míos, entonces. Choca.
Choqué los cinco con él mientras los demás me miraban como "otra que ha caído en el lado oscuro de los gorros...".
-¿Sabéis qué?-dije-Me caéis bien.
-Y para ello sólo hemos tenido que llevarlas en el coche, invitarlas a cenar y escoltarlas al hotel-dijo Álvaro-Vamos bien chicos, vamos bien.
Nos reímos y hablamos mientras desayunamos.
-¿Y qué vais a hacer hoy?-preguntó Dani.
-Pues...¿Cris?-dijo Sigrid, mirándome.
-Fotos.
-Lo suponía-dijo Blas, por lo que nos reímos.
-¿Fotos de qué?-preguntó David.
-De ti, si quieres posar.
-Uhhhhhhhh-dijeron todos.
Me reí.
-No sé, había pensando ir a Notre Dame. Ahí puedo hacer buenas fotos. ¿Y vosotros?
-Seguir grabando el vídeo-contestó Álvaro.-Ya no nos queda mucho.
-Si queremos grabarlo, tendremos que irnos ya-dijo Blas, mirando el reloj.
Se levantaron.
-¿Nos veremos luego?-preguntó David.
-Si el coche no muere y nos deja tiradas en medio de la carretera... Si, ¿por qué no?-dije, bebiéndome el café.
-Pues, si lo hace, tomad esto-dijo Carlos, tendiéndome un papel.
-¿Qué es esto?-dije, mirándolo.
-El número de Blas, ya sabes. El manitas.
-¿Tú ya estás dando mi número por ahí?-dijo Blas.
-A alguien tendrán que llamar si las pasa eso, Blas y a quién mejor que a ti. Sabes que no se fían de los hombres con bigote grande.
-Anda, tira-dijo este, intentándole dar una patada, que esquivó.
Se despidieron y se fueron.
Sigrid y yo nos quedamos solas.
-Mira-dije, pasándole el papel-Ya no necesitamos el número de la grúa. Tenemos a Blas.
-Pobre chico.
-Es lo que hay-dije, mientras sacaba el móvil y guardaba el número en la agenda.-¿Has terminado ya? Entonces nos vamos.
Subimos a la habitación, cogimos los bolsos, la cámara y el mapa y nos fuimos al coche.
-¿Te sabes el camino?-me preguntó mi amiga.
-Aunque no te lo creas, he estudiado la ruta previamente. Puede que no lo parezca, pero soy inteligente.
-Yo eso no lo discuto. Sólo dudo de tu capacidad de orientación.
-Ah, ahí haces bien. Por eso traje el mapa.
Nos montamos en el coche y emprendimos el viaje.
Al rato, le tiré encima el mapa.
-Indícame, así haces algo.
Me miró con odio, pero no con tanto odio como Carlos ayer.
Me reí.
Dios, esa foto era buenísima.
-¿De qué te ríes?-dijo Sigrid mientras abría el mapa, que era como dos veces su tamaño.
-De la foto de "Odio en estado puro". Me hace gracia. Bueno, ¿por dónde es?
Me indicó, hasta que me encontré de nuevo y pudo guardar el mapa.
-Puff-dije, quitándome el gorro de la cabeza un rato-No sé cómo a Carlos no se le derrite la cabeza. Qué calor da.
-Estará acostumbrado.
-En fin. ¿Algo de música?
-La última vez que dijiste eso, se nos rompió el coche.
-Así llamamos a Blas.
Nos reímos las dos.
-Bueno, ponla.
Puse la radio.
-CAUSE I KNEW YOU WERE TROUBLE WHEN YOU WALKED IN.
-Pues ahora el coche no se rompe, ¿eh?-dije.
-Qué pena.
-TROUBLE, TROUBLE, TROUBLE.
Conseguimos llegar a nuestro destino y nos bajamos del coche.
Quise hacer esa foto de, delante de Notre Dame, pegas un salto y echas la foto.
La mía salió a la primera, pero a Sigrid le costó como seis intentos. Es que siempre le salían los pelos en la cara y claro, así no valía. Yo, como tenía el sombrero, pues...
Una vez dentro, Sigrid me dijo que sería en vano, pero insistí en buscar al Jorobado de Notre Dame. Por supuesto, no di con él y Sigrid se rió.
Comimos por allí y después emprendimos el regreso en coche.
-Y ahora queda el camino de vuelta-dijo Sigrid.
-Sep.
-¿Llamamos a los chicos?
-¿A los chicos o a Blas?
-Llamamos a Blas para hablar con los chicos.
-Tiene sentido, sep. Podemos decirles que nosotras llegamos ya al hotel y que les esperamos allí, que vengan cuando quieran.
-Lo pongo en altavoz, para que tú también oigas y puedas hablar.
-Qué detalle, Sigrid.
Ella se río y puso el móvil en un lugar donde las dos lo escucháramos.
-Cuando lo coja, hablas tú-le dije.
-¿Por qué?
-Porque a ti se te da bien hablar con la gente. A mí echarles fotos.
-A ti te dio Carlos el papel. Tú hablas.
-Me lo dio porque estaba sentada en la esquina y estaba más cerca.
-¿Quién sabe? Quizá no. Hablas tú.
-Pero...
-¿Si?-dijo de pronto una voz proveniente del teléfono.
-¿Blas?-dije yo.
-¿Desde cuándo tiene Blas una voz tan perfecta como la mía?-dijo el teléfono.
-¿Carlos?-dijo Sigrid.
-Exacto. ¿Ves? Ella sabe reconocer la perfección.
-¿Se puede saber qué haces tú con el teléfono de Blas?-dije yo.
-¿Qué teléfono de Blas? Si este es el mío.
-¿Qué? A mi me dijiste que este era el número de Blas...
-¿Ah, si? ¿Y te di el mío? Ay, qué despiste... ¡Ah, no Blas, no me quites el móvil que...!
Se oyeron unos ruidos y después, la voz de Blas.
-¿Si?
-Por Dios Blas, dime que eres tú.-le dije.
-Soy yo.
-Oh, gracias.
-¿Qué pasa, chicas? ¿Se os ha vuelto a romper el coche otra vez?
-No-dijo Sigrid-Pero no será porque no lo hayamos intentado.
Nos reímos.
-¿Qué hacía Carlos con tu teléfono?-pregunté.
-El idiota, como hace siempre.
Se escuchó por detrás hablar a Carlos, pero no entendimos lo que dijo.
-Bueno, no importa-dije-Sólo queríamos deciros que nosotras ya hemos acabado con Notre Dame y volvemos al hotel, que estaremos allí para cuando queráis volver.
-Perfecto, se lo diré a los demás y... Carlos que te calles, qué manía, siempre hablando... No creo que nosotros tardemos mucho en volver.
-Perfecto-dijo Sigrid-Pues nos veremos allí.
Después de eso, colgó y guardó el móvil.
-Por un momento, me creí que era su teléfono y que nos había troleado-le dije.
-Nunca más te fíes de él y ya está.
Nos reímos.
Llegamos al hotel y aparqué el coche.
No había ni rastro de los chicos, asi que subimos a la habitación.
-¿Y ahora qué hacemos?-preguntó Sigrid.
-Tenemos dos opciones. Una es...
-No me lo digas, moriremos en las dos opciones.
-Pues sí. Esperando.
-Podemos hacer tiempo dándonos un baño en la piscina cubierta.
-Bueno, vale. Es mejor que morir esperando.
Nos pusimos los bañadores y cogimos las toallas y un bolso.
Bajamos a la piscina y me tiré sobre una de las hamacas de plástico que había allí.
La piscina estaba prácticamente vacía, había dos o tres personas nadando y, dos hamacas a mi derecha había un hombre gordo en bañador, creo que dormido.
Sigrid dejó las cosas en la hamaca de mi izquierda.
-¿No te vienes al agua?
-Si eso luego, necesito escuchar algo de música.
-Como quieras.
Ella se fue al agua y yo saqué el móvil y los cascos y me los puse.
Cerré los ojos, relajándome.
Llevaba un rato así, perdida en mi mundo, cuando alguien me tocó el hombro y me asusté, por lo que grité y abrí los ojos.
-¡Ahhhhh! ¿Pero qué coñ...? ¿Tú?
A mi lado, de pie, estaba Carlos, en bañador, chanclas y sombrero. Portaba toallas al hombro.
-Sí, yo. Hola, eh.
-Hola. ¿Y los demás?
-Allí-dijo, señalando donde estaba Sigrid-A mí me han dejado encargado de las toallas.
-Así es la vida.
-¿Tú qué haces?
-Tomo el sol.
Miró al techo.
-¿En una piscina cubierta?
-Entonces tomo la luz de los fluorescentes o lo que sea.
-Interesante, sin duda.
Tiró las toallas en hamacas aleatorias.
-¿Puedo?-dijo, señalando la que estaba a mi izquierda.
-Puedes. No es mía.
-Graciassss.
Y se tumbó.
Yo me tumbé de nuevo y cerré los ojos, para relajarme otra vez.
-¿Qué escuchas?-dijo de repente, quitándome un casco.
-¡Eh!
Se lo puso.
-No suena nada.
-Es que hace un rato se me agotó la batería del móvil-dije, enseñándole mi móvil.-Murió cuando más falta me hacía, como el coche.
Se río.
No sé si de mí, del móvil o del coche.
Guardé el móvil y los cascos, ya que de nada servían.
-Mi gorro es mejor que el tuyo-dijo, de repente.
-¿Qué?
-Que eso, que mi gorro es mejor que el tuyo.
-En tus sueños, quizás. ¿En qué te basas para argumentar eso?
-En que es mío.
-¿Y? Eso no es un argumento. Mi gorro tiene glamour. Es de París. No puedes decir lo mismo, ¿eh?
-Ya, pero el mío sigue siendo mejor.
-Mentira.
-Verdad.
-Sabes que no es cierto.
-Sé que lo es.
La discusión por los gorros duró unos minutos, hasta que le quité el gorro de la cabeza y me acerqué a la piscina.
-Niégalo o el sombrero se da un baño.
-¡No! ¡Jamás!
-¿Y esos dos?-oí a Álvaro en la lejanía-¿Qué hacen? ¿Vamos para allá?
-No, deja a ver cómo acaba eso-dijo Dani.
-Sólo dilo, acepta que tu sombrero no es el mejor y ya está.
-No puedo hacer eso, sería mentir.
-Dilo, venga, repite lo que yo digo. Mi sombrero no es el mejor. ¿No lo dices?
Acerqué el sombrero al agua.
-¡Vale, vale!
Se acercó.
-Mi...Sombrero... ¡Es el mejor!
E intentó quitármelo, pero le esquivé cual ninja, me escurrí, le agarré, se escurrió y los dos (o tres, si contamos al gorro), acabamos en el agua.
Cuando sacamos la cabeza, yo aún sostenía el sombrero.
-¿No lo querías? Toma tu sombrero perfecto.
Y se lo puse, totalmente empapado, en la cabeza.
Se oían las risas de los demás a unos metros de distancia.
Se lo quitó, lo escurrió un poco y lo tiró, con precisión, sobre la hamaca.
Cuando volvió a mirarme, descubrió que le estaba poniendo los mejores ojitos que podía.
-¿Por qué me miras así?
-Estoy intentando que no te enfades conmigo por lo que le he hecho accidentalmente a tu gorro.
-Oh, bueno... Quizá necesitaba un baño.
Me reí de eso.
-Como compensación, te hecho una carrera a dónde están ellos y te dejo perder.
-¿Qué me dejas qué?
Pero yo ya había empezado a nadar y no le escuché.
Aún así, él llegó antes.
-JAAAAAAAAA, JAAAAAAAAA.
Se rió de mí al más puro estilo Nelson de los Simpson.
-Eh, no te rías que me he dejado ganar.
-Perdona, pero no. Tú decías que me ibas a dejar perder.
Como era cierto, le saqué la lengua, ya que no tenía argumentos con los que atacarle.
-Ey, sombreritos-dijo Blas-¿Nos explícais qué ha pasado? Si os íbais a tirar de manera tan graciosa, pudisteis habernos avisado para grabarlo, porque no tenía pérdida.
-Cuéntalo tú, ya que tanto te gusta hablar.-le dije.
-Le ha calado-dijo David.
-Pues nada, discutimos por ver quién tenía el mejor gorro. Ella me lo quitó y dijo que, si no negaba que el mío era mejor, se daba un baño, intenté quitárselo y... Bueno, pues eso, ya habéis visto.
-Llegamos alguno de nosotros a hacerle eso al sombrero y es lo último que hacemos en nuestra vida-dijo Álvaro.
-¿Quieres decir que tengo suerte de seguir viva?-le pregunté.
-Sí, por alguna extraña razón, no te ha matado.
-¡No la he matado porque es de los míos, tonto!-dijo, tirándose contra Álvaro e intentando ahogarlo.
Mientras ellos dos jugaban a matarse, nosotros nos pusimos a hablar.
-¿Y qué tal por Notre Dame?-preguntó Blas.
-Oh, bien, bien. Buenas fotos. Tengo algunas vuestras que quizá querráis ver, no tendrán pérdida.
-Pues luego quizá podamos verlas.
-Yo quiero ver las que hice yo-dijo David.
Sigrid y yo nos acordamos de su foto con cara rara y nos reímos.
-¡Ey, vosotros!-dijo Álvaro-¿Una carrera?
¡Ey, hola! ¿Qué tal va eso? Aquí @CrisSombrerita, he escrito este capítulo. ¿Qué tal? Os gusta. Espero que sí, ya que es largo y me ha llevado bastante hacerlo. Para cualquier cosa, aquí os dejo también mi Tuenti: Cris Vila Jb (:
Gracias por leer xx
siguiente*-* YA
ResponderEliminar¡Bueeeeeeeenas! Bueno, ya que aquí @Cris_Jbieber ha escrito este capítulo, @shaypicapiedra se va a currar un comentario. Bueno, como ya sabes, Cris, (te hablo a ti, porque no sé si Sigrid leyó mi comentario de anoche, y porque este es tu capítulo jjj), ayer noche descubrí esta novela por recomendación de una amiga auryner, y pues me puse a leer. Me lié, me lié, y me está encantando. En el primer capítulo ya me enganché, está claro jjjj. Y bueno, como consecuencia de este vicio que estoy pillando y de lo increíble que me parecen hasta ahora los capítulos que llevo (que son más de 3 xDD) pues me voy a intentar currar comentarios si es posible en todos los capítulos. Ya empecé y he leído varios, pero como no comenté aún, porque prefiero hacerlo desde el ordenador y no lo suelo coger xdd, pues me estoy volviendo a leer los capítulos. ESTE CAPÍTULO ES SUPER DIGNO DE UN COMENTARIO. Sobre todo me ha encantado que sea tan largo, ya que como bien dices te habrá costado lo suyo y mírale, ahí está, y además perfecto. Bueno, voy a ir comentando algunas cositas en concreto (también si algo me parece extraño o "mal" xddd lo diré, pero siempre con una buena crítica. Por ahora no veo absolutamente nada que no me guste). Comienzo tomando alguna nota :D
ResponderEliminar1. La amistad de Cris y Sigrid es perfecta. Simplemente es akdjhaskkad. Se conocen completamente a la perfección, son como unas hermanas *__* Me enamoran, en serio JAJAJA.
2. ÁLVAAARO JAJAJAJA DIOS NO ME HE PODIDO REÍR MÁS IMAGINANDO A ÁLV CEGATO PERDIDO POR CULPA DEL FLAAASH JAJAJAJAJAJAJAJA. ¡Geniaaal esa parte! Super graciosa, como muchas otras también. Luego los demás apareciendo de la nada guaaau sí sí me gusta :D
3. La foto de "odio en estado puro" es un MOMENTAZO JAJAJAJA.
4. CARLOS DIOS CAAARLOS JAJAJAJA I can't with my life really JAJAJAJAJAJA. Es como el verdadero Carlos plasmado, sus chistes, sus gracias, no sé si me explico, es él DIOS JAJAJA. Increíble la faceta que muestras de Carlos.
5. Las chicas deseando que se estropeara el coche otro momentazo JAJAJAJAJA.
6. Carlos robando el móvil a Blas y haciéndose el graciosillo JAJAJA una cosa que me ha encantado, como ya dije antes, la faceta de Carlos es algo indescriptible aquí JAJAJA. En estos momentos es lo que más me apasiona de la novela.
7. Ha habido un momento que de verdad te juro que me ha matado de la risa JAJAJAJAJAJA lo de "tomando el sol", "¿en una piscina cubierta?" JAJAJAJAJAJAJA ha sido lo más. Eres una genia.
8. Bueno, el momento baño del gorro también genial.
Y... Uff, no sé si me olvido de destacar algo jjjj con mi cabeza seguro, sorry JAJAJA. En general decir que me encanta, y que es imposible parar de reír mientras se lee vuestra novela. También decirte que aunque es super largo el capítulo (cosa que me encanta) se ha pasado rápido y puede llegar a parecer que es corto, pero no te preocupes... ¡Eso es porque me encanta mucho! Lo hacéis genial. Aquí me tenéis para seguir leyendo, de verdad. Y bueno, nada más por aquí. Me voy a releer el siguiente capi para comentar :D ¡Muaaaks!
Pd: muchas gracias por seguirme en tuiter :3